Infusiones de frecuencia constante ¿Qué son y para qué sirven?

Infusión de frecuencia continua (IFC) se refiere a la administración de un fármaco a una dosis específica durante un periodo de tiempo continuo, usualmente (aunque pudiera ser obvio) por vía intravenosa. Técnicamente, cuando se administra un fármaco a una dosis continua, pero se hacen cambios o modificaciones en la dosis en el tiempo, se conoce como Infusión de frecuencia variable (IFV), pero de manera general,  se utiliza el término de infusión de frecuencia continua para ambas situaciones.

En las IFC se puede aplicar un solo fármaco, aunque de manera  más común se utiliza combinaciones de distintos fármacos, con el fin de minimizar las dosis reduciendo la aparición de efectos no deseados de los fármacos utilizados.

Farmacocineticamente, el beneficio de las IFC sobre la administración de bolos intermitentes, es que el primero mantiene la acción del fármaco en los sitios receptores al mantener la concentración plasmática; mientras que en el segundo las concentraciones plasmáticas disminuyen continuamente después de haber alcanzado un nivel máximo, dando como resultado un efecto de “diente de sierra” (Figura 1) de la acción del fármaco y además que existe un mayor riesgo de error de subdosificación o sobredosificación del fármaco.

Figura 1. Representación gráfica de las concentraciones plasmáticas asociadas a la administración de bolos intermitentes (inj) comparado a la infusión de frecuencia continua

La concentración plasmática es afectada por la distribución, redistribución, metabolismo y excreción. A menudo, cuando se inicia la administración de una infusión continua a una frecuencia de infusión continua, el inicio de la acción se prolongará a medida que comienza la eliminación del fármaco antes de haber alcanzado los niveles plasmáticos adecuados, es por esto, que la mayoría de los fármacos utilizados en IFC requieren de bolos (dosis de carga) previos al inicio de la infusión continua.

Una dosis de carga de los fármacos previo a iniciar la infusión asegurará que se logre los niveles plasmáticos adecuados, el médico veterinario o técnico veterinario debe entender la farmacodinamia (PD) y la farmacocinética (PK) de los fármacos que están siendo utilizados en las IFC para ser capaz de anticipar y abordar cualquier problema fisiológico que puede surgir del uso de esos fármacos.

Hay tres razones principales por las que muchos veterinarios aún evitan la utilización de IFC:

  1. Las matemáticas usadas para calcular las dosis pueden ser intimidantes, especialmente cuando un fallo en el cálculo puede ser fatal.
  2. Falta de experiencia con los fármacos utilizados en las IFC por parte del equipo médico.
  3. El uso de infusiones continuas, idealmente involucra el uso de equipo especializado como bombas de infusión y monitores de presión sanguínea. Aunque estos aparatos cada vez se han vuelto más disponibles y accesibles para el veterinario promedio.

Varios fármacos cardiacos y vasoactivos tienen potentes efectos hemodinámicos que pueden contribuir notablemente en el resultado de pacientes en estado crítico. Fármacos que tienen un inicio de acción rápida y vida media corta, son ideales para IFC ya que permite al veterinario proveer un continuo y estable estado de concentración del fármaco y administrarlo a su efecto deseado. Los IFC también son una excelente manera de administrar agentes anestésicos y analgésicos ya que elimina los efectos de picos y caídas con los bolos intermitentes. IFC son extremadamente beneficiosas en el paciente quirúrgico donde se anticipa el dolor severo.

Infusión de frecuencia continua como anestesia parcial intravenosa (APIV): término que se refiere cuando la IFC se utiliza para reducir los requerimientos de agentes anestésicos inhalados.

Infusión de frecuencia continua como anestesia total intravenosa (ATIV): término que se refiere cuando la IFC se utiliza proveer anestesia de forma intravenosa únicamente.

Las IFC de  analgésicos son usados para administrar el fármaco o en combinación de varios fármacos para asegurar el alcance y sostenimiento de niveles terapéuticos sobre un periodo de tiempo. Utilizando varios fármacos en IFC proveen protocolos de anestesia balanceada, ya que aportan cantidades variables de analgesia, narcosis y relajación muscular, reduciendo la dependencia a los agentes inhalados, disminuyendo la depresión del sistema cardio-respiratorio gracias a la combinación multimodal de los diferentes agentes anestésicos, de manera que reduce los efectos adversos negativos.

Las IFC pueden seguir en la fase de recuperación beneficiando a los pacientes en una recuperación más suave y cómoda. Las IFC permiten un cuidadoso manejo de dosis y retiro de los fármacos. El paciente con IFC no debe manifestar dolor antes de recibir la siguiente dosis, contrario a la administración de bolos intermitentes. La dosis del analgésico está goteando a una frecuencia constante, y aproximadamente a la misma frecuencia con la que está siendo metabolizada. El beneficio: es una analgesia continua que permite mantener al paciente en un nivel adecuado de analgesia evitando el progreso o ciclo del dolor. Los fármacos más utilizados para IFC de analgésicos son los opioides, lidocaína (sin epinefrina), ketamina y alfa 2 adrenérgicos.

Referencias:

  1. Taylor S.(2014) Constant rate infusions- A veterinary nurse´s guide.
  2.  Goldberg M.(2015) Pain Management for Veterinary Technicians and Nurses.  pp: 97-98
  3. Douglass K. (2014) Constant-Rate Infusions: Practical use.
  4. Mathews K. (2018) Analgesia and Anesthesia for the ill or injured dog and cat. pp 231-233

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